15 minutos antes de cerrar taquilla decidí abusar de mi presupuesto para ir a ver a Phoenix en un concierto intimo, tan secreto y exclusivo que tuve que esperar a que alguien tuviera la amabilidad de venderme su boleta, claro, al doble del precio que la obtuvo. Una vez en el Apollo Theater era solo esperar; Un teatro digno para un show intimo y privado con sillas numeradas que obviamente nadie le puso mayor cuidado. Hay una parte de mi que sale cada concierto y me convierto en una groopie perdidamente enamorada que se tiene que pasar al frente para verlos tocar.
Una vez comenzó el show ya nada mas importaba. Es una banda totalmente entregada a su publico, tanto así que Thomas Mars se sentía mas cómodo cantando junto al publico, como si fuera uno mas de nosotros. La energía de todos fluía con naturalidad junto a la música y las luces. Una hora larga de muy buena música que se sintió como un corto pero increíble minuto
En un momento Thomas hablaba de NY como una ciudad muy importante para ellos,no solo porque han grabado varios de sus álbumes aquí sino porque los hace sentir como alguien mas entre tanta gente. Se despidieron pero nuestros aplausos no los querían dejar ir, todo termino con una simple venia y un gran recuerdo
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